viernes, 7 de enero de 2011

Etapa ೬ (Iquique-Arica):Una etapa que llevó a los pilotos al límite

Zetavision Rally Dakar (Clarin.com/Ariel González Mouls)


Clarín.com presenció la llegada de los competidores tras el especial Iquique-Arica. “Fue muy riesgoso, no me gustó”, le dijo en la meta el qatarí Al-Attiyah a Sainz. Impresiones de un día de máxima exigencia sobre el desierto chileno.





“It was a crazy stage, eh?” (“Fue una etapa de locos, eh”), fue lo primero que le dijo el qatarí Nasser Al-Attiyah a su máximo rival en el equipo VW, al llegar a la meta. La expresión, que reflejó cierta búsqueda de complicidad con el español, reflejó qué sintió la mayoría al término de la sexta etapa del Rally Dakar Argentina-Chile, que con unos 420Km de velocidad por las dunas y otros 300 de enlace unió las ciudades costeras de Iquique y Antofagasta, en el último esfuerzo antes del día de descanso.


La durísima etapa 6 comenzó con la salida, bien temprano, desde Iquique. Los pilotos dejaron el campamento ubicado a metros del mar y treparon por la ruta de salida de la ciudad hasta la zona de Alto Hospicio. Unos kilómetros desierto adentro se largó la especial de 423 Km, tal como en 2010. Fueron en sentido Sur, doblaron en una larguísima U hacia el Este y luego sí enfilaron hacia el Norte, buscando la última ciudad antes de la frontera con Perú.

Clarín.com continúo avanzando en busca de la Panamericana, la ruta que cruza prácticamente todo Chile, y siguió camino hacia la línea de llegada de la especial. Antes, la espectacular ruta A-40 fue una muestra más de la belleza del desierto.

El punto final del tramo cronometrado se instaló sobre un camino de tierra a 25Km de la Panamericana y unos 15Km al Este de Pisagua, con el Pacífico en el horizonte. El viento, el calor y el fuerte color ocre, casi amarillento, del desierto fueron la escenografía de la llegada que, por su difícil acceso, tuvo muy poco público. A las 13, el sonido del helicóptero anunció que estaban por llegar los primeros competidores. Cinco de motos, los de elite, fueron los primeros en aparecer: Marc Coma, Cyril Despres, Chaleco López, Ruben Faria y el portugués Helder Rodrigues. Entre ellos y el resto, al menos en lo que demoraron hasta pasar por la última pancarta roja, hubo un abismo de distancia.

Uno a uno fueron llegando y el comentario fue siempre el mismo: una etapa difícil, la más dura hasta el momento, con una primera parte de dunas espectaculares y una segunda con mucha navegación y sectores con los llamados “fesh-fesh”, guadales donde es muy difícil avanzar. “Fue un día terrible”, dijo Chaleco López,quien después descontroló la llegada al acercarse a sacarse fotos con los pocos espectadores que se acercaron al lugar. “Esta etapa va a ser un filtro antes del día de descanso”, agregó.

También pasaron por allí Javier Pizzolito y Alejandro Patronelli. Clarín.com, único medio argentino en el lugar, pudo recoger impresiones de lo que habían vivido. “Hasta el CP2 (NdR: control de paso número dos) venía muy bien. Una muy linda etapa, pero se me aflojó la tapa de válvulas y tuve que aflojar un poco porque venía perdiendo aceite”, afirmó el piloto de Honda, quien a pesar de todo se mostró “contento” por haber llegado. En tanto, el de Las Flores se mostró entre satisfecho y resignado: por un lado, la sacó barata en una caída (no rompió el cuatri ni se lesionó), pero por el otro se pasó de velocidad en una zona controlada y, ya con la etapa terminada, no se sacaba de la cabeza cuántos minutos le iban a recargar. “Fue una etapa impresionante, me pasó de todo. Pero llegué y estoy muy contento”, expresó.

Según su relato, el control se lo pasó a 70Km/h, cuando debía pasarlo a 50. “Había mucho polvo y arena, lo que no me dejaba veer bien el GPS”, contó Alejandro. Después de él arribó Maffei, cansado y con el cuatri perdiendo nafta. “Me di un palo pero estoy bien. Está cada día más difícil esto, menos mal que se viene el día de descanso”, dijo.

Luego, fue el turno de los autos. El primero en aparecer fue Nasser Al-Attiyah con su Volkswagen Race Touareg número 302. Aunque con la buena onda de siempre, el qatarí dejó en claro su pensamiento sobre el día: “Fue una etapa muy riesgosa para nosotros, no me gustó”, dijo.

Más tarde fue el turno de un dolorido Orly Terranova. Se bajó de su BMW X3 CC, se lavó la cara con la ayuda de allegados que lo estaban esperando y habló con Clarín.com: “Fue muy difícil, me golpeé el cuello en un salto, pero estoy bien, ya estamos en la segunda semana”, afirmó. “Fue muy áspero para el físico y para el auto. No había ninguna zona para descansar. Fue espectacular para ver, pero durísima para manejar”, agregó el mendocino.

Ahora, llegará el tiempo para descansar, al menos para los pilotos. Los equipos deberán trabajar duro hoy y mañana para recuperar los vehículos de las últimas dos etapas, destructivas para muchos. El domingo habrá, otra vez, ruido de motores sobre la arena del desierto chileno.

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